Precipicios poco profundos

La etimología no ayuda a generar confianza en el nuevo Ministro de Economía, pero puede servirle a la hora de inventar eufemismos.

Según la Real Academia Española, una de las acepciones de la palabra Guindo es Precipicio poco profundo. Así que cada vez alguien se refiera al ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, como el Ministro de Guindos, estará haciendo una preciosa metáfora de la situación político-financiera.
Y qué es lo que nos ha venido a decir el nuevo ministro en su primera aparición estelar? que estamos al borde de otro precipicio, pero que no es tan profundo como el anterior.

No es ninguna sorpresa. Casi todos los macro-indicadores auguraban que el estado español entraría en recesión en 2012. Y Guindos sigue el estilo de Zapatero cuando comenzó la crisis, cuando evitaba mencionar esa palabra. Ahora es un ministro del PP quien prefiere decir decrecimiento y tasa negativa, términos más difíciles de entender a la primera.
Pues a ver si de una vez se cae del guindo y empieza a llamar a las cosas por su nombre, visto lo bien que funcionó la estrategia a sus predecesores.

Tantas Ministras como en 1996

Hay que remontarse hasta el gabinete nombrado en el año 96, cuando llegó a la Presidencia Aznar, para igualar la cifra de presencia femenina en el Consejo de Ministros del nuevo gabinete de Rajoy.

(Click en la imagen para ampliar)

La paridad que Rodríguez Zapatero instituyó en la composición del Consejo de Ministros no va a tener continuidad con el regreso al poder del PP. Mariano Rajoy reduce el número de ministerios, pero la proporción de mujeres baja mucho más, de 9 hombres y 7 mujeres del gabinete saliente a 9 contra 4 en el entrante. Supone así un retroceso de tres lustros en un camino que las mujeres comenzaron en el estado español hace 75 años.

En 1936, pocos meses después del golpe de estado militar, el socialista Largo Caballero formaba gobierno y llamaba a la anarquista Federica Montseny para la cartera de Sanidad y Asistencia Pública. Tras su salida del cargo el año siguiente, las mujeres tuvieron que esperar 44 años para repetir responsabilidad. Tanto los sucesivos gobiernos republicanos durante la Guerra Civil como los consejos de ministros de la Dictadura de Franco estuvieron formados exclusivamente por hombres. Fue el centrista Calvo Sotelo, Presidente del Gobierno entre 1981 y 1982 quien designó a Soledad Becerril como Ministra de Cultura de su gabinete.

Con la llegada al poder del PSOE en 1982 la presencia de mujeres, lejos de aumentar, desapareció. Felipe González formó consejos 100% masculinos hasta su sexto año de mandato, mediada la segunda legislatura, cuando designó como Portavoz del Gobierno a Rosa Conde y a Matilde Fernández Ministra de Asuntos Sociales. En su última legislatura como Presidente (1993-96) llegaría a su techo, contando con tres mujeres en el Ejecutivo.

Aznar mejoraría notablemente el promedio de González, pues en sus ocho años en el poder siempre hubo ministras, dos en el momento más bajo y cinco en el más alto.

Pero sería Zapatero el que pulverizase estos datos con su política de “Gobierno paritario”. La presencia de mujeres nunca bajó de seis y llegó a superar a la de hombres (o a igualarla, si incluimos al Presidente) en 2008, siendo nueve. Fue también la primera vez que una Mujer llegaba a la vicepresidencia del Gobierno.

La composición del nuevo gabinete que preside Mariano Rajoy supone un paso atrás en el camino hacia la igualdad de género en un terreno tan importante y tan simbólico como el poder político.

La abstención trampa de Amaiur

Y si fuese socialista el Presidente que sale elegido con la abstención de Amaiur? Qué estarían diciendo ciertos medios de comunicación? Qué diría Mariano?

Seguramente, por mucho que explicasen los abertzales que se abstienen porque la cosa no va con ellos (ellos han venido a hablar de su libro, digo de su hoja de ruta), por mucho que al nuevo Presidente le repugnase el hecho, ya tendríamos perlas del estilo:

Es una abstención–trampa. Es parte de la negociación que nos ocultan, que incluye la anexión de Navarra. Lo de no darles el Grupo Parlamentario fué una negativa-trampa del PSOE para disimular.

(Jaime Mayor Oreja)

La consumación del matrimonio amaiur-psoe es evidente. Sólo esperamos que Antigüedad no se lleve la cartera de Administraciones Públicas.

(Federico J. Losantos)

Un gobierno con el apoyo de ese grupo no es legítimo. Elecciones anticipadas ya!

(Pedro J. Ramírez o Mariano Rajoy)

Esto prueba que el PSOE es cómplice de los que apoyan al terror. Habría que aplicarle la Ley de Partidos.

(Rosa Díez)

Ahora que lo pienso… ya está tardando, Rosa Díez.

Sutiles formas de empequeñecer a las mujeres

El camino fue largo, pero las mujeres son hoy visibles en los gobiernos de los cinco continentes. Pero conservamos inconscientemente en el lenguaje pequeños restos de machismo que se niegan a aceptarlo.

Voy a citar las tres que más me llaman la atención: el diminutivo, el artículo y la belleza como mérito político.

El diminutivo

Aqui el paradigma es Argentina, el país que una mujer puede dirigir siempre que haya estado casada con un Presidente. Fue el caso de las dos mujeres de Perón (Evita e Isabelita) y ahora de la viuda de Kirchner, Cristina Fernández. Ésta última se ha librado de la diminutivización, y tras la muerte del flaco y su reciente y arrolladora mayoría absoluta se está consiguiendo librar de la sombra de su presencia.

Una derivada de esto es el uso del nombre de pila para ellas y del apellido para ellos. Se me ocurren, además de Cristina, Dilma, Esperanza, Hillary… en cambio en políticos sólo me viene a la cabeza Felipe, la excepción que confirmaría la regla.

El artículo

Está muy extendida la costumbre, tanto en el registro lingüístico común como en el que se escucha en las tertulias de los medios, el uso del artículo «la» antes del apellido. Tiene que ver con el anterior ejemplo: si no le podemos llamar por el nombre, porque suena demasiado familiar, pongámosle un la, cosifiquémosla. La Merkel y Sarkozy, nunca La Merkel y el Sarkozy, la Botella y Gallardón, la Cospedal… se libra Aguirre por la cacofonía quer se produciría con su primera inicial.

La belleza

Así como rara vez se destaca la belleza de un político, en las políticas es siempre un dato a tener en cuenta. Este post me vino a la cabeza tras ver el siguiente twit de un articulista al que sigo y con el que concuerdo en muchas cosas, Fernando Berlín, sobre la conveniencia de que Irene Lozano sustituyese a Rosa Díez como número uno de UPyD porque le parece más guapa.

Twit de Fernando BerlínSé que quien lo escribe es todo lo contrario de un machista, y supongo que por eso me llamó más la atención. Se lo hice ver en otro twit y amablemente me contestó:

@radiocablePero espero que renozoca que, puestos a buscar a alguien que supere en belleza a Rosa Díez, y si irse muy lejos, debería haberse fijado en alguien que lleva veinte años viviendo de su físico, Toni Cantó, independientemente de lo antipático que pueda resultar.

Desgraciadamente esta no era una reflexión aislada. Sólo hay que darse una vuelta por la caverna mediática para comprobar que la valoración estética de las mandatarias está a la orden del día.

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Actualización: Mientras escribía este post, el citado articulista cayó en la cuenta de la belleza de Cantó.

Rubalcaba, el LIDL de la Oposición

En el Debate de Investidura, el portavoz del PSOE ha demostrado ser, como lo fue Rajoy, más que un líder, un “Lídel”: defiende una marca desprestigiada, dice ser la solución para quienes tienen menos (mientras obedece criterios de multinacional) y sus opiniones sobre economía vienen de Berlín.

RubalcabaEl Lidl de la Oposición

Rubalcaba sigue por el camino que le ha llevado al desastre, quizá porque no conozca otro. Prácticamente, al igual que Mariano Rajoy, sólo ha hablado de economía. Incluso cuando habla de temas sociales (sanidad, educación y poco más) lo hace en términos contables. No aparecen ni por asomo en su argumentario cuestiones como la igualdad, la contaminación, la corrupción, la pluralidad nacional del estado… se las regala a Izquierda Unida y al Grupo Mixto.

La socialdemocracia europea continúa perdida. Abrazaron el neoliberalismo tras la caída del muro y se dedicaron a gestionar el superávit de las distintas burbujas económicas, a sustituir la recaudación fiscal por el endeudamiento barato y a ser más progres que sus oponentes conservadores (para lo cual en el Estado Español bastaba con ser de centro). Y de repente dejó de haber crédito, y con lo poco que recaudaban ya no sabían gestionar. Cayeron en la trampa.

Si el PSOE y sus homólogos europeos quieren tener alguna posibilidad de sobrevivir, deberán cambiar esto. Habrán de plantearse cómo eran las cosas antes de inventar la 3ª Vía y de privatizarlo casi todo, y tomar el camino de regreso. Que se fijen en Brasil, en Argentina, en Islandia… o que busquen sus referentes. Deben también empezar a aportar soluciones no a esta crisis, sino a la que vendrá en pocos años: la crisis energética.

Y Pérez Rubalcaba no va ser capaz. Precisamente él es de los pocos que participó en los dos PSOEs neoliberales, el de González y el de Zapatero. De los que tras la caída del Telón de Acero no se dieron cuenta de que el Capitalismo no tenía con quién competir y ya no necesitaba darnos sus limosnas de bienestar. Su partido necesita una regeneración generacional e ideológica profunda.

Si no lo hace, por impensable que lo crean, puede ocurrir que los partidos a su izquierda tomen el relevo, propongan una alternativa real de izquierda y consigan el sorpasso; o que un partido sin pasado, de corte populista y sin aparente ideología, digamos transversal, canalice el descontento ciudadano hacia los dos grandes partidos. UPyD está en posición (y con voluntad) de serlo. Todo empieza a recordar demasiado a lo que ocurrió en Europa en los años 1930.